
Muchos pueden pensar que no hay ni una característica en común entre el Amor y la Muerte. Me arriesgo a proponer que la magia es algo que podemos encontrar en ambos estados: mágico es el instante preciso en que dos personas coinciden para sucumbir al amor, y, mágicamente de un momento a otro desaparecemos de este mundo sin que él se detenga por ello.
No en vano algunos artistas eligen el manto mágico de la nieve para que se den cita allí la muerte o el amor: en los cuentos "El puñal alado" de Chesterton y en "Los expulsados de Poker-Flat" de Francis Bret Harte la nieve con extraña inocencia atrapa para siempre a sus víctimas.
En los films "Old Boy" y "Groundhog Day", cuando ya parece que languidece sin más, el tan anhelado, deseado amor llega junto con los primeros copos de una gran nevada.
Así, en esa espera, quedó esta grulla de brillante azul.