"En todo esto, nada de vulgar, nada de ordinario, lo grosero, por lo demás, no se halla por ninguna parte en el Japón: las cosas más pequeñas tienen, en medio de su extravagancia, sus ribetes de distinción."
El Japón, Pierre Loti.
Sin duda allí donde dice Japón podríamos escribir París y la cita no perdería ni un ápice de su sentido: basta con entrar a cualquiera de los innumerables Cafés parisinos de apretadas mesas redondas para extasiarse en la inocente y precisa belleza con que fueron elegidos pocillos, colores, sillas y jarritas...
Noisettes y grullas, París y Japón quise que quedaran aunados en esta imagen del último Café al que entramos -en Champs-Elysees- horas antes de partir.