domingo, 19 de diciembre de 2010

Happy-Go-Lucky

Popurrí de origamis.

Desde que vi el film de Mike Leigh, su título, se convirtió en el mantra que recito cada vez que las cosas parecen empezar a salir mal. "Happy go lucky", "happy go lucky"... sostengo entre mis labios como si, en efecto, de un amuleto se tratara, y, tarde o temprano, todo el presumible poder de una realidad descolorida por lo negativo retrocede sin más.

Estas tres palabras que son como un rezo, todo el color explosivo de los origamis y el tema más alegre y misterioso de mi beatle preferido, George Harrison, es mi regalo para aquellas personas que tuve la suerte de conocer (y, por supuesto, también para los amigos de siempre) durante este intenso año que ya se va.